SITIOS ARQUEOLÓGICOS E HISTÓRICOS
El Imperio Purépecha se extendió por todo Michoacán y el
centro del país; actualmente se conservan alrededor de 45 zonas arqueológicas,
de las cuales sólo 7 se encuentran abiertas al público: Tzintzuntzan, Tres
Cerritos, Ihuatzio, Huandacareo, Cuitzeo, San Felipe de Los Alzati y
Tingambato. El asentamiento de Tzintzuntzan posee una envidiable vista del Lago
de Pátzcuaro y se conformada por 5 pirámides denominadas “Yácatas”. Este fue el
principal centro ceremonial y capital del imperio purépecha y actualmente
cuenta con un pequeño museo arqueológico. En la zona de Ihuatzio, perteneciente
a Tzintzuntzan, se observan una plaza y 2 pirámides rectangulares además de un
mirador circular y algunas murallas. Aquí se han encontrado también esculturas
dedicadas al Chac Mool o “gran jaguar rojo”, coyotes y otras piezas. La zona arqueológica denominada Tres Cerritos
se conforma por una serie de estructuras que en su momento formaron cámaras
funerarias de las cuales, actualmente, se conservan tres plataformas de piedra
y una plaza central con un adoratorio al centro. En la llamada Ciudad Perdida,
entre Cantabria y Caurio de Guadalupe, se localiza una ciudad purépecha con
algunas casas que rodean una pirámide de donde se realizaban sacrificios para
agradar a sus dioses. Sobre una loma que ofrece una gran vista del Lago de
Cuitzeo, se encuentra la zona arqueológica de Huandacareo, donde se observa la
llamada “Plaza Hundida”, una pirámide yácata y el "Patio de tumbas” entre
otras. Por su parte, en el pueblo de San Felipe de los Alzati, Zitácuaro, se
encuentra un asentamiento que sirvió como punto de vigilancia.
FIESTAS DE MICHOACÁN
La cultura popular michoacana es colorida y llena de
leyendas como en todos los pueblos y ciudades de México. Se ha permeado con su
tradición prehispánica de costumbres paganas y se mezcló con la tradición
católica tras la llegada de los conquistadores españoles. Es así que la
celebración a los muertos en la Isla de Janitizio es un evento de fama mundial
que no te puedes perder si te encuentras de visita en Michoacán.
Cuenta la leyenda que la noche del 1 y
el 2 de noviembre vuelven de la penumbra las sombras de Mintzita e Itzihuapa,
un par de príncipes herederos de Janitzio que no pudieron casarse tras la
irrupción española. Cuando Nuño de Guzmán apresó al padre de la princesa, ella
quiso liberarlo ofreciéndole a Guzmán los tesoros ocultos bajo las aguas de
Janitzio y Pacanda. Cuando su amado Itzihuapa se sumergió para extraer dicha
fortuna, fue sujeto por una veintena de sombras que le obligaron a permanecer
como guardián del tesoro mientras su amada murió a la orilla del lago esperando
que éste saliera. Cada noviembre, ambos príncipes visitan el panteón para
recibir la ofrenda de fruta, pan y luz de velas que los vivos ofrecen a sus
difuntos. Imperio purépecha proteger la
zona de los mexicas o aztecas.
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